Los expertos la consideran, con probada evidencia, el ecosistema marino más productivo de la tierra. Afloramientos de agua extremadamente fría se combinan con la corriente de Humboldt, estimulando la aparición de plancton que sirve de alimentación a miles de especies. La Reserva Nacional de Paracas es un espacio consagrado a la naturaleza. 

Ubicada en el departamento de Ica, en una de las zonas más desérticas de la costa de Perú, la reserva fue instituida en 1975 para la protección de las especies de flora y fauna. Unas 1500 especies de aves migratorias pasan por aquí cada año, confiriendo a la zona un inusual espectáculo de luz, sonido y color, absolutamente natural. 

Además, la península en la que se asienta cuenta con varias playas de arenas doradas y aguas transparentes, que hacen las delicias de sus visitantes para pasar un rato agradable, desconectados de la tecnología y lejos del bullicio de la ciudad. Está ubicada al sur de la ciudad de Paracas, a unos 250 kilómetros de la capital peruana, Lima. 

 ¿Qué hacer en la Reserva Nacional de Paracas? ¿Por qué visitarla?

• Descubrir la maravilla de la naturaleza. Parihuanas y pelícanos surcan el cielo de Paracas, acompañando a pingüinos de Humboldt, lobos marinos y otras especies. Mar adentro hay ballenas y delfines que pueden observarse cuando se navega hacia las islas Ballestas. 
• Conocer el Centro de Interpretación. Muy cerca del puesto de control de Santo Domingo se encuentra el Centro de Interpretación, con monolitos informativos sobre las culturas Paracas y Nazca, primigenios pobladores de esta zona. 
• Observar las aves. Hay miles de especies que vuelan en la reserva, se alimentan y aparean durante sus migraciones y llenan de colorido el espacio. 
• Visitar el Museo Julio César Tello. En medio del desierto se levanta una austera construcción donde se exhiben vestigios arqueológicos de la cultura Paracas, así como también dioramas y recreaciones de sus formas de vida. 
• Llegar hasta las playas. En la Reserva Nacional de Paracas hay varias playas, entre las que destacan La Mina, La Catedral y Yumaque. Se puede llegar en auto propio respetando siempre las indicaciones del personal del Ministerio del Ambiente. Son espacios vírgenes, sin facilidades de balneario.
• Observar el candelabro de Paracas. El candelabro de Paracas es un inmenso geoglifo dibujado en las dunas frente al mar. Solo puede observarse desde embarcaciones, el paso hacia la zona está prohibido. 

¿Cómo llegar a la Reserva Nacional de Paracas?

La mejor forma de conocer la Reserva Nacional de Paracas es contratar un tour en la misma ciudad. A lo largo del Malecón El Chaco se encuentran estas empresas que brindan los servicios de tour, tanto para las islas Ballestas como para la reserva. Hay que abonar una entrada que, si se compra al mismo tiempo para ambos lugares, cuesta unos 22 soles. 

Sin embargo, también puede ingresarse a la reserva en vehículo propio. Cinco kilómetros al sur de la entrada al pueblo de Paracas se encuentra el punto de control Santo Domingo, la estación del Ministerio del Ambiente donde se chequea a los visitantes. Mantener la velocidad recomendada, no lanzar desperdicios, no entrar con mascotas y evitar hacer ruidos excesivos son parte de las indicaciones de las autoridades. 

Recomendaciones

• Respete siempre todas las indicaciones de las autoridades. Esta es un área protegida del Estado Peruano, ingresar a zonas prohibidas se considera delito 

• Se ruega llevarse toda la basura que genere. Las campañas de concienciación son intensas para evitar que los visitantes dejen desperdicios en el lugar

• Utilice mangas largas, sombrero y protector solar. Así podrá tener protección contra el sol y disfrutar de todos los paisajes

• Lleve ropa de baño. En la reserva hay varias playas donde puede bañarse o simplemente tenderse en la arena a disfrutar del paisaje. Yumaque tiene aguas tranquilas y transparentes.