El territorio conformado por la región de Paracas ha estado habitado desde aproximadamente el año 800 antes de Cristo. Los vestigios encontrados en excavaciones dan cuenta de diferentes culturas que habitaron en la zona, incorporando avances en los textiles, la cerámica y la agricultura. La expansión del imperio Inca incluyó el territorio, produciendo el declive de los locales.
Los más antiguos pobladores de Paracas están estimados en más de nueve mil años. Los estudios sobre su forma de vida demuestran que las culturas que surgieron, como la Paracas, la Topará o la Nazca, tenían una especial relación con el mar. Sin embargo, vivían alejados de la costa, a orillas de ríos para aprovechar las fuentes de agua. Sus descubrimientos incluyen la chacra enterrada, con la cual sembraban en un nivel inferior, haciendo una profunda fosa para aprovechar la humedad.
Los Paracas y los Topará aprovecharon la península de Paracas como sitio de inhumación de difuntos. También, los Topará fueron pioneros en la trepanación cerebral para la curación de enfermedades o por asuntos místicos. Además, los Paracas avanzaron en la deformación craneana desde el nacimiento, para distinguir a los miembros de las clases de élite.
La insurrección de las colonias españolas en América hizo a la corona priorizar la defensa de los territorios. Perú y el Alto Perú (actual Bolivia) recibieron la mayor carga de tropas, puesto que producían gran cantidad de riquezas en metales preciosos. La mayor guarnición militar en este territorio impulsó al argentino José de San Martín, a avanzar desde Chile para liberar al Perú.
La Expedición Libertadora de 1820, al mando del general San Martín, desembarcó en Paracas. Desde allí, avanzó hacia Lima, haciendo retroceder a los españoles hacia la Sierra. El refuerzo del ejército del venezolano Simón Bolívar también contribuyó a gestar la independencia peruana.
Las investigaciones y excavaciones iniciaron en 1925, gracias al arqueólogo peruano Julio César Tello. Este profesional, egresado de Harvard, encontró restos funerarios e incluso una necrópolis. Logró precisar la existencia de la cultura Paracas, que fue dividida en estudios posteriores de la Topará.
Tello logró clasificar y diferenciar los restos de la cultura Paracas. Los denominó Paracas Cavernas y Paracas Necrópolis, aunque tiempo después se distinguieron como culturas diferentes. En el caso de los Paracas, eran espléndidos en la cerámica, ornamentando las piezas con dibujos y distintas tonalidades.
Los Paracas Necrópolis, que son los Topará, eran más prolijos en los textiles, logrando bordados de gran primor y calidad.
Aunque Paracas fue un destino turístico de fin de semana para muchas familias limeñas, la inestabilidad política del Perú y el terrorismo mantuvieron alejados al turismo internacional. Por ser Ica capital de departamento, atrajo un poco más de capital, inversión y turismo. Paracas era una caleta de pescadores al sur de Pisco, con servicios muy limitados para entonces.
En 1975, el gobierno peruano creó la Reserva Nacional de Paracas, incluyendo una amplia extensión de terreno. Incluye la península de Paracas y se creó para proteger la flora y la fauna de uno de los ecosistemas más productivos del mundo. Esta declaratoria atrajo nuevos investigadores y pusieron a la zona en el mapa de la ecología mundial.
A partir de los años 90, con la derrota del terrorismo, Paracas atrajo nuevas inversiones. La modernización del puerto General San Martín, al frente de Paracas, multiplicó los servicios de la ciudad, y la economía fue diversificándose, siempre en torno al turismo. Surgieron hoteles, restaurantes, se construyó el malecón de El Chaco y comenzaron a llegar más turistas a la zona.
A día de hoy, Paracas es una población pequeña, cuya mayor actividad gira alrededor de los cientos de turistas que llegan a la ciudad cada día. Aunque los meses de verano, entre noviembre y marzo son los más activos, el buen clima a lo largo del año permite disfrutar de la mayoría de los atractivos.
Los servicios han logrado calidad internacional. La cadena Marriot tiene un gran hotel en la ciudad, y hay restaurantes para todos los gustos. También, varias empresas turísticas ofrecen recorridos navegando cerca de las islas Ballestas. Además, ofrecen todo tipo de tours a la Reserva Natural de Paracas, a sus playas, a Pisco, Ica y Nazca, y todos sus atractivos turísticos.
Se trata de una población segura, cuyos habitantes conocen los beneficios del turismo. Un nuevo museo de sitio se construyó cerca de los yacimientos arqueológicos de cerro Colorado. Es muy fácil movilizarse en las populares mototaxis, y se llega con facilidad desde Lima, Pisco, Chincha, Nazca e Ica.
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